Queridos Cofrades, cumplimentando lo dicho en el pasado día, continuamos faciendo exposición de nuesas algaradas por aquesas tierras galas:
Aún sabiendo que nunca osaríais poner en tela de juicio las nuesas afirmaciones, damos fé de ellas y solicitamos observen las Vuesas Mercedes el tamaño que presentan los cubatas, referímonos al vaso de la izquierda, si se comparase con un paquete de Ducados. De la cantidad de ginebra portada por el mismo, mejor ni hacemos mención. Si además de tamaña ofensa, osan de cobrarnos la cantidad de 6,50 ducados, podeis imaginar de la venganza que tomamos con posterioridad a lo sucedido. Vean Vuesas Mercedes del estado en el que postramos al villano mesonero a tenor de su magna felonía.
Pues bien queridísimos Hermanos, no terminaron las nuesas desdichas con el vil acto del mesonero y por ende, tampoco de las nuesas venganzas.
En la noche de ese mismo día, cansados y hambrientos decidimos de cenar en una posada de la conquistada ciudad.
Ofrécenos la posadera de una ensalada y de unas lentejas para saciar el nuestro desmedido apetito, que gustósamente aceptamos.
Cual no sería de nueso asombro e indignación al comprobar que los antes dichos manjares..........., nos fueron servidos sobre un plato de PAN. Si Hermanos, sí, un plato de pan, del cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo.
Obviamente y ante el terrible hambre que nos acuciaba, optamos por ingerir las viandas servidas, pero respetando el plato, como si de uno normal se tratare, pero llenos de justa y santa indignación ante tan vil acto sacrílego, por lo que, de mutuo acuerdo entre Walkiria y un Servidor, se optó por tomar venganza, infringiendo a la sacrílega posadera de enormes tormentos físicos, siendo con posterioridad dejada a secar al sol para que fuere pasto de las aves de carroña.
Sírvase de Testimonio de Fé, el estado en que quedó reducida tal vil hereje por la felonía de sus actos.
Obvio es decir que a los pocos minutos, sus ojos quedaron reducidos a unas viles cuencas y su orondo rostro descarnado en su totalidad por amor de los cuervos que, prestos a tomar venganza y en el nombre de Nuestro Señor, cumplieron con su cometido.
Con posterioridad, los restos de la vil posadera fueron paseados por la Cité como ejemplo de su desafuero.
Eso es todo de momento, queridos Hermanos. Seguiremos cumplimentandoos con las nuesas andanzas por tierras galas, de las que sereis debidamente informados.
Que San José Bendito quede con Vuesas Mercedes.
Walkiria y Cobra.